Mi alma te reclama desde sus silencios,
evoca tu nombre en cada palabra.
Te busca, te nombra, estalla en gemidos,
te siente lejano, lejano y profundo.
Estás en mis pasos marcando su ritmo,
estás en mis noches como única estrella.
Estás en el aire que respiro hondo.
Estás, siempre estás, te busco y te nombro.
Estás para siempre clavado en mi vida,
que surge por ti y por ti suspira.
Estás en mis sombras y estas en mis días,
en los días cálidos y en las noches frías.
Estás, siempre estás, amor de mi vida.