Un sauce solitario que llora,
en medio de un bosque solitario,
un río pequeño y solitario que le baña
los pies día y noche sin sentir el
cansancio de correr por las llanuras,
llevando toda clase de rocas y arbustos,
limpiando todo a su paso.
El sauce llorón y solitario como le llaman,
todos los enamorados que le visitan,
y dejan sus marcas de amor grabadas,
por siempre y por siempre.
El río que le acompaña se detiene a su paso,
y llora junto al sauce consolándose el uno con el otro,
y se abrasan las lágrimas del viejo sauce y las del río,
que se dejan caer al cause para dejarse llevar,
aguas abajo llegando a los brazos del mar,
que les consuela tiernamente
para luego ser dejadas a las orillas y ser confundidas,
con la arena blanca que adornan las playas donde,
se escuchara el llanto de cada grabado que dejaron,
los enamorados en algún pasaje de su vida.
Los pájaros que bajan a beber de sus aguas
se divierten en su orilla empolvándose para luego
meterse a las aguas y bañarse limpiando sus plumas
y alzar el vuelo para secarse e ir limpios tras la futura
novia que abran de conquistar y procrear su propia familia
que les da la vida mientras viven o están de paso
por esta tierra que se les a prestado y gozado
por nuestro Dios y que los dejo deambular por
estos eternos paisajes que son la dicha para
nuestros ojos y el disfrute de cada día.
Por las noches se siente la bajada del río,
el silencio del campo, con el silencio del bosque
se concentra en mis oído y la lectura se me
hace mas fácil y mas amena y me sabe a
un buen gusto, como si me estuviera bebiendo
un buen jugo de manzana en un día de calor
como fue el de hoy estando en mí descanso
o en mis vacaciones de otoño disfrutando
de este paseo aquí en las afuera de la ciudad.
Hermoso amanecer, que lindo día,
un sol que entra por mi ventana
como me saluda con un beso
en la mejilla y me regalara una sonrisa
e invitando a salir y caminar por la orilla del río
y disfrutar de un otoño donde las hojas de los
árboles comienzan a caer y a alfombrar los campos
con sus hojas secas de colores oscuros y claros
y de varios colores que se notan en el pasto verde
que les da un fondo especial para luego
esperar la venida de la lluvia y tener ese sabor
que nos ofrece la naturaleza en un bonito día de campo.
El río sigue, el bosque con su belleza y su perfume
incluido le dan ese sabor a humedad y al encanto
de tener ese miedo que te muestra por sus animales
que en alguna parte de sus escondites nos miran
con mucho cuidado para decirnos que este lugar
es su territorio y es de mucho cuidado, por si alguien
no lo sabe y se le haya olvidado.
No sigas mi hermana con ese canto
que ensordeces mis oídos y en mi mente
se confunden las palabras y se ven enredadas
como si estuvieran en un balay de culebras
amándose unas otras y procrear para engrandecer
la familia y luego esparcirse por los campos
bajo los últimos rayos de sol de otoño y recibir el calor
que les dará la fuerza y estar preparada para dormir
y descansar en el invierno que se a vecina.
El tiempo ha cambiado y sigue cambiando
la tierra se esta secando por falta de agua
el estero o el pequeño caudal que baja desde
los cerros se esta secando, es poca el agua que
le acompaña las piedras que están a su paso
se divisan a lo lejos dejándose se ver entre ellas
como si estuvieran desnudas entre las faldas de los cerros
y las sombras de los árboles cubren un poco
de sus cuerpos para no mostrar el dolor que nos
aqueja y ver que en un futuro muy cercano nos quedaremos
sin un caudal y sin el sauce que gustaba del baño
de cada día cuando el río bañaba su píes y dábale
la vida y la alegría de recibir a todo los enamorado
que dejaban un beso grabado y sus promesas de amor
que era el alimento de cada día.