En medio de un bosque oscuro
El lago sin fondo estaba,
Tan negro que ni el azul
Del cielo se reflejaba.
Quien en sus aguas caía
Eternamente bajaba
Anhelando tocar fondo,
mas nunca el fondo alcanzaba.
Las manos siempre extendidas,
Hacia arriba la mirada
Intentando asirse de algo,
Y agarrando solo agua.
Un grito en el corazón
Que en los labios se ahogaba,
Buscando y buscando un algo
Y encontrando un nada, nada.
¡Esa nada de ese lago,
Ese agujero en el alma,
Esa caída sin fin
Sin reposo ni esperanza!