Fumas,
mirando al vacío.
Te envuelves
en nubes de humo.
Apestas
y das a tu cuerpo
aliento de muerte.
Ries,
tu risa delata
el veneno diario
que aspiras
beata.
Tu mano se mueve
con temblor sin miedo
buscando la llama
que pronto te enciende
nuevas bocanadas