las miradas son pocas
y las rosas escasas
pero se puede prescindir
perfectamente
de las flores
tus ojos tienen
las virtudes necesarias
los colores precisos
que necesito
para pintar de emociones
mi sonrisa
las oraciones
enteras
con cada parte
de su cuerpo visible
son un lujo
por suerte
en un vocablo
que logre apoderarse
de tu voz
cabe toda la sintaxis
toda la historia
del idioma
los encuentros
se nos escabullen
entre la prisa
y los horarios
pero un abrazo
o tan solo
la promesa del abrazo
es un regreso
a los instantes
donde lo tenemos todo
un día entero
sin que tú lo visites
es una página en blanco
que niega
su propia existencia
un temblor plano y seco
que enfría los costados
pero llega un saludo
y ese frugal relámpago
revive con su vuelo
los minutos cansados
una semana entera
pude borrarse
desaparecer
con un ligero arribo
de tus manos
hasta el ahogo de mi pecho
y si tus labios quieren
si tu cuerpo lo pide
en un minúsculo tiempo
innecesario
puede naufragar
la fragilidad de un año
Eduardo A. Bello Martínez
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