Nuria de espinosa

Aguas turbulentas

En el cielo nubes chispeaban y pequeñas gotas bajaban, 

desde su cauce caían por mi rostro y se deslizaban, 

ajenas al discurso, que la tormenta, efímera presagiaba.

 

Fueron ríos de agua extenuada que de rabia yo lloraba,

pues perdió el tiempo, como el agua que resbala cansada. 

 

Quise gritar y quedé horrorizada; al mirar las aguas, 

mis labios permanecieron sellados por el amor rechazado, 

sabiendo que yo no caería en el infierno de los malvados. 

 

Puse las manos hacia un encuentro apasionado,  y muy lejano, 

por un amor que nunca fue ni leal ni perdonado. 

 

Y como una cuenta que nunca saldaba, yo grité que te odiaba, 

pero el acantilado no contestaba; el ritual no terminaba, 

por la macabra distancia,  que de mí se apoderaba.