Bebe de la copa púrpura
De su profundidad oscura
Sorbe y deleita su lengua
El paladar sediento
De deseo ancestral,
De lujuria plena
Y en esa sed que sacias
Entre voluptuosos gemires
El litúrgico momento
Se convierte en mágica entrega.
El Dios del hedonismo
eleva una oración
a la Deidad de la noche,
estremecidos cuerpos
ebrios de placeres
brindan con las esencias
que brotan del fuego sagrado
angela grigera moreno
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