Quisiera devorar tu corazón
Entre tiernas caricias y mil besos,
Entre ardientes deseos, siempre presos:
Fantasmas palpitantes de pasión;
Quisiera destrozarte sin razón
Tus purpurinos labios tan traviesos
Esa piel tan ardiente, están obsesos
Mis enfermos sentidos, de obsesión;
Quisiera respirar sólo tu aliento
Disfrutar la fragancia de tu ser
Me veo agonizante, tan sediento
De aquel inolvidable fallecer;
Huir al universo ese momento
Que es una eternidad hecha placer…