Dante Dario

Poema 27

Puedo fingir que te quiero

Entregarte promesas que nacieron en párvulos deseos

Rostro de ópalo

Desde tus ojos el universo me admira

He elegido estar junto a ti, mi sopor en tu pecho anida.

 

Tú eres la responsable de mi dolor,

Entre tus muslos que simulan las siniestras montañas bañadas por los manantiales de la luna, aguarda la esperanza.

 

Déjame engañarte ingenua ninfa.

Que el encanto de mis elogios hipnotice tu voluptuoso carmesí.

He brotado como ceiba hasta convertir los secretos de la tierra en consciencia, de ella son estas palabras, he traducido a Dios para dártelas.

 

Porque las mereces ¿Por qué las mereces? ¡Porque las mereces!

Engreída malcriada, juega con tu danza a imitar al fuego, y yo voy a odiarte mientras te poseo.

Puedo fingir que te amo

Regalarte un himno de verborrea absurda diciéndote las palabras de un bardo villano:

Te amo, te necesito, todo lo llenas tú, todo lo llenas. Ámame ¡Ámame!

Abrazar con las yemas de mis dedos tu cuerpo hasta fundirme en tu piel.

Fuente de vigor, en remolino ebrio de angustia haremos un infierno, consumiéndonos hasta ser vapor que opaca fríos.

 

Sé súplica que humedece el fértil campo del ego.

Ahora quiero ser yo el que escuche las promesas que hiciste al que por primera vez amaste:

-Te amo, por favor no me dejes.

Te necesito, por favor no me dejes.

 

Inunda con tus lágrimas el océano del mundo y deja que este marinero hambriento se ahogue en ellas.

¡Necesítame! ¡Ámame!

Horrísono suspiro del viento que me cuenta los secretos de la locura

 

Génesis de tornado. Somos el encuentro de dos somnolientos histriones.

Arranquemos este cuarto y ascendamos hasta hundirnos en el cielo.

Luciérnaga tendida en lóbrego páramo ¿Qué le puedes dar a un invidente?