Hoy veo caer en el mundo pensamientos tristes,
avenidas oscuras tránsito por riscos elevados,
águilas negras pasan.
Agujeros en mi alma,
inevitables sombras abismales,
el eco de una melancolía pasa y se queda.
Viejos fantasmas,
alimentados por futuros inciertos,
brotan de grietas,
donde nuestras huellas nunca se borran.
La humedad de nuestros recuerdos,
abandonados en las callejuelas del alma,
aumentan nuestras elucubraciones,
todo parece ayer.
Ruinas de un sentimiento olvidado,
infinidad de paredes escritas,
un túnel lleno de ojos mira,
algunos más tristes,
la noche los observa.
Más presiono los parpados,
más vive la triste noche,
súbitamente una intensa estrella pasa,
la imagino fugaz,
le pido que ilumine por un breve instante mi alma.
Las ventanas de mi espíritu se llenan de lunas,
la tristeza vuelve a caer al vacío,
en una nada rota,
donde solo existen lápidas,
de recuerdos sin futuro.