Hoy besé tu mejilla,
tersa piel tan ardiente,
despertó de repente
mi ser y se te humilla;
es fecunda semilla
ese beso consciente
de que altera mi mente
y al deseo la orilla;
eres bella doncella
sublime tentación,
que se torna centella
en débil corazón:
eres brillante estrella
de mi honesta pasión...