Despierto,
y abro tenaz los Telones de hierba mojada
de mis ojos nublados,
reflejados en un viejo espejo...
Y de pronto, recuerdo esa música
atonal y sombría,
que en compás de aquel aguacero feliz,
escuchaba...
Y sin entenderlo,
se hace nido en mi alma
la Adversidad
que persistente,
se vuelve sorda y muda...
Cuajada de sueños rotos
y de plegarias, nunca oídas...
Mi alma fría,
orfanada de este estío
que muere,
flota y deviene
en nebulosas sensaciones,
hechas para el Olvido:
Se sumerge en la Eternidad y el Infinito,
que en albas y crepúsculos vanos,
nunca se entienden ni perdonan...
Y así, lentamente
se yergue y mutila
la piedra desnuda y gris,
de mis días...
Se aprieta en devenires oscuros
que urgen una dulce y sutil palabra,
que cave hondo en mi espíritu mancillado..
( y se vuelva húmeda y dúctil arena,
aunque crea
que, ya está signada por Nostalgias Viejas
y profanadas por el Tiempo)
(Patricia)