Enciendo un cigarrillo mientras el alba muere ante la imponente presencia del nuevo sol saliente.
Unas cuantas almas errantes divagan secos susurros rumbo hacia ningún lugar.
El frío en mis dedos combina con una garganta desgarrada por el humo espeso y yo, deambulando hasta mí destino,
Cruzo en cada esquina las historias olvidadas en el infinito perecer que llamamos tiempo.
Efímero amanecer,
humo espeso.
Almas errantes,
susurran versos.
Manos frías,
esquinas desoladas.
Historias vacías,
en el tiempo, olvidadas.