Solo. Como suele estarlo el tiempo,
que todo lo traga. O como esas estaciones
vacías, que deben de ser bonitas y estar iluminadas
para nadie. Como las gárgolas, los monasterios,
o los aventureros que escancian la noche
en copas rojas. Como los dictadores,
que suelen tener sus razones. Como los
barbitúricos, que ruedan encima de la mesita.
Como las víctimas, que escriben poemas
para paliar su decepción con la humanidad,
o como los centauros, las celestinas, y sus sátiros.
Como los estafados, que anidan con trajes de corbata,
en los lugares más insospechados.
O los fríos vagones del metro, con su ración de sopa
y su estilográfica en forma de bote o machete, escupiendo
su solidaridad con el desfavorecido, sobre las paredes.
Solo, sí, mas con mi voz.
©