Suicida en mi vida,
Sin marcas ni heridas,
Más que las mías,
Cargue su recuerdo,
Para sepultarlo en
El cementerio de mi desprecio.
Torció mis sentimientos,
De dulce se volvió agria,
Enredo mis pensamientos,
Con la magia negra de sus palabras.
Pase días, atardeceres y noches,
Desfilando desgracia,
Desgarrando mi piel,
Para romper las distancias…
Mi corazón fue ilógico,
Bruto y Caprichoso,
Quería vivir de amor,
Pero gracias a ella
Se lleno de odio…
Después de haberle
Amado como lo hice,
Me sane de la ceguera,
Que me causaba su fuego,
Y di pie a su sepulcro…
Aunque me persiguió
El insomnio, la melancolía
Y una soledad severa,
No me detuve en la procesión
De mi repudio por ella.
Me hizo mujer
Con cuerpo y alma de niña,
Dejando en mí proceder
Una flor marchita,
Que no volverá a florecer…
No seré mas la arena que pisa,
Voy a ser brisa q borra sus huellas,
Sin privilegiarla de mi perdón,
Ahora que viva el infierno,
Que ella misma creo…
Ya no quiero tu luz ficticia
Ni tu nubloso “Cielo azul”,
Quiero morirme sola…
¡Antes que me mates tú…!