Silencio,
un paso marcando un paso
-el eco-
el rocío de la luz,
el velo
cubriendo el cráter de los ojos.
Se caen los puntos,
las comas holgazanean en la sombra,
la pausa inencontrable
descarrila los alientos,
la línea transgresiva de la puerta
derriba las virtudes en oferta.
Los gritos sin grito,
el gris de las palaras
sintonizadas en el desyuno
general de una ciudad.
El camino de cenizas
que llega hasta la cama,
los suspiros viciados,
las gotas
-el goteo-
la noche
-el susurro-
la mano empuñando
un funeral.