Gracias por tu palabra cálida, siempre amable
porque pudo ser sable que cortara mis alas,
por ser y estar en aras del amor, la ilusión,
cultivar la esperanza en cada corazón.
Gracias por este viaje a los sueños pasados
a ese arco dorado de tu sonrisa franca
buen amigo del alma, gracias por la emoción
que aun anida en tu abrazo, que nunca dice adiós.
En días de impaciencia y de humano temor,
cuando la muerte tiende su manto de dolor
es rayito de luna, y resplandor de sol esa palabra tuya
que confirma, aquí estoy.
Dios te guarde querido, a ti y a quienes amas,
que la fe y el amor sean siempre tus armas,
Y aquí desde mi alma te deseo lo mejor
volveremos a vernos mi palabra te doy.