Si le da un vuelco a mi mundo, sacándome de el y perdiendome en el suyo.
Si su presencia estremece mis sentidos y altera de ellos cualquier cordura.
¿Cómo pretende planear su partida? Dulce como el sabor de sus labios en el ósculo de sus hasta pronto.
O quizá violenta como aquel beso en el que su sapidez era el de la sangre abrasadora.