En un bullicioso puerto comenzó la historia
De valiosas dádivas el interior repleto
Inició repleto, repleto estaba
El casco brillante, despejado el cielo
Las gaviotas felices alrededor del mástil
Sobrevolaban, auguraban, despedían
Luego con gran Pomba zarpó a su largo viaje
En la inmensidad era libre
Surcando las olas se sintió dichoso
Bajo la tachonada noche se sintió seguro
No sabía que era también vulnerable
Y como en tierra hay lugares vetados
Aguas que amedrentan apenas cruzarlas
Y en uno de esos océanos perdió la cuenta
El tiempo, la meta, la memoria misma
El solo respirar oprimía los pechos
Tan raro, extraño, viciado era el aire
Ahí la claridad daba fantasmal apariencia
A toda silueta inanimada o viviente
Pues no procedía de sol conocido
Ni estrellas había para para invitar el sueño
Perdido, ausente, esquivo
No hubo más brisa que hinchara sus velas
Y por la borda los marineros miran
La calma chicha que a todos angustia
Los vagos contornos, el mar tenebroso
El capitán con ellos inquieto escucha
Silencio, silencio, silencio
Un manto grueso cuál si fuera pantano
A los marineros oculta
Secretos, secretos, secretos
Ninguna costa los espera ya
No hay destinatario para tal cargamento
Nadie recuerda tampoco las bodegas repletas
Los marineros con su capitán perdieron el rumbo
Condenado a errar en esas aguas sombrías
Abatido, con pena, con ansia