Me escondo. Me encierro. Me cierro.
Bajo siete llaves. Tras mil cerrojos.
Huyo del aire, huyo de la luz, del polvo y de la nada.
Que no me roce el viento
que no me toquen las flores
ni me cubran las sombras
Que nadie me hable
ni se me acerque nadie.
Mi mente está turbada
y no fluye mi pensamiento
que es un bloque sin ramajes,
con una sóla imagen en el centro.
Encogida y aterrada tras la puerta
acecho al enemigo invisible
que quiere asediar mi cuerpo.
que quiere vivir de mi aliento
Enemigo mudo, sigiloso y secreto
Y limpio el suelo y mis manos.
Restriego mi cara enjabonada
Y lo lavo todo, me purifico toda.
Y siento , que aunque el acoso sea largo,
lograré evitar su ataque,
aunque me domine el miedo.