La blanca fragancia de tus labios besa el alba
en los postreros suspiros de la noche azul,
tus níveos pétalos derraman cándidas lágrimas
y tu cara se llena de inmaculada luz.
Abres tus ojos al resplandor de la mañana
en una sinfonía de albura y color,
el rumoroso céfiro se embriaga con tu aroma
y todo se sumerge en un albino candor.
Tu radiante sonrisa etérea se derrama
por las ingrávidas ondas del viento añil,
frágiles gotas de cristalina agua
que nos regala el generoso cielo de abril.
Tus ojos llueven brillantes racimos de perlas
en los suspiros del primer albor,
lívidos sueños beben en las alas del viento
la blanca fragancia de tu sublime licor.
En las alas del viento