Veo ojos exaltados
siento unas miradas frías,
tantos pies que hoy caminan
en los corrales de sus vidas
sin sentir por donde pisan,
ni tampoco a quien lastiman.
Y esos ojos y miradas
que acorde a las pisadas
tan perdidas como extrañas,
ningún cielo las confunden
y difunden hasta envidia
como enconos infundados
demandando lo que no es de ellos,
extraviados por riquezas,
en especial las de otros.
Y se desviven por tenerlas
sin sentido ni motivos
asesinan ilusiones y esperanzas
de otras vidas que traicionan
y abandonan a la desdicha
sin importar cuanta desgracia
van sembrando en el camino
pisoteando el destino
que otras almas cosecharon.
Entierran en el olvido
hasta sus propios amigos
y a los que en ellos confiaron
los destierran de sus mentes
con exuberante soberbia,
y con extravagante criterio
no comparten jamás lo propio,
y se apoderan de lo ajeno.