Aliento de libertad,
y llanto de Andalucía,
se mecen en una cuna de Fuentevaqueros.
Palomas vuelan detrás,
de corrientes levantinas,
y cantan y alimentan cebollas de jornaleros.
Las esquinas de Veruela,
lloran pulmón de arenilla,
y brujas tallan sierpes en ofrendas al puchero.
Y el cristo de los gitanos,
ríe sobre su escalera,
cuando el río sucio vuela como flechas de artillero.