En mi soledad profunda
comencé a reflexionar
en lo loco que está el mundo
para todos por igual.
Para todos por igual...
quizá para otros, peor.
Lo haré en especial por mi.
Le pediré a mi favor,
por cierta desesperanza
por sucesos que me pasan
y echan mi energía atrás
fragmentando mi confianza.
Por eso para lograr
no entrar en abatimiento,
voy a rezarle a mi madre
cuya foto me acompaña
en mi mesita de cama.
Voy a rezarle a mi madre
y a pedirle por los míos
a la par que para mi;
que nos envíe esperanza
... así como cuando niño
me ofrecía dulces nanas.
Una vez hecho mi encargo,
pues lo siento de verdad...
pediré por todo el mundo
su absoluto bienestar.
Jorge Horacio Richino
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