Margarita García Alonso

La florista de Abucheen

La florista de Abucheen

escribe durante años

un poema repleto de basura,

 

una leyenda

con olor nauseabundo

de chica desgarbada

que actualiza enciclopedias

y, a su pesar,

no arriba milagro

aunque diseque

tipografías y animalejos

en bocales con alcohol.

 

De tiempo en tiempo

reparte verdolagas,

malentendidos

y satura su memoria

con renacuajos y

descoloridas fotografías.

 

Antes de acostarse imagina

condiciones diferentes,

otra dimensión.

Casi siempre en silencio,

con gases en la tripa

sobre cuadernos sin nombre.

 

Dónde nunca ha metido pie

levantó un archipiélago.

Cuando el aguacero limpia

la delicadísima capa de fango

 siembra mala yerba

entre las flores.

 

del Cuaderno Punto, 2018