Encerrado en casa me encuentro,
perdidito en estos momentos
en los que no sabes si la vida
termina a la vuelta de la esquina.
Intento yo recordarte besándome
para poder olvidarme de las paredes
que me tienen encadenado.
Ay! que pena de mí,
me pudro en estas paredes,
empiezo a ver a mucha gente
que ni siquiera existe.
Adiós cordura, me voy.
Que lo que mucho ha durado
ya no puede mantenerse.