Sabés viejo barrio, que a veces en seños
me veo llegando hasta el bar de Miguel,
en que nuestras almas cargadas de sueños
penaban dolidas...por un mal querer.
El farolito ténue y esa marquesina
que abrazaba mimoso, el rosal aquél
la vecina sabia de sano consejo
mamá que me llama...vení a comer.
Mirar muchas veces a la puerta aquella
en que su silueta me hacía temblar,
latir de tambores golpeando en mi pecho
yo no lo sabía...pero eso era amar.
La rueda del tiempo, siempre en movimiento
te pide un día no mirar atrás
siempre hacia adelante, heridas y golpes
te extraño mi barrio...que lejos estás.
Hoy que mis pasos los puse en reversa
como una centella, volví a ese lugar
encontré un shopping y mucho barullo
el pasado muerto...hora de llorar.
Boris Gold (simplemente...un poeta)