A vuelo de nube,
el corazón siempre pasa lento
sobre las cosas amadas.
La mano de un niño ha dibujado un día
el sol de Diciembre
y una línea azul sobre los cerros.
Los ha dibujado para siempre.
La infancia de túnica blanca
sólo repliega sus alas un momento,
mientras jugamos el juego del adulto,
el ceño adusto y la risa cruel.
Pero nos despierta por las noches
con un beso en la frente
o el pulso alocado de una pesadilla.