El hombre es el animal
que más se parece al hombre.
La efigie hierática del Presidente aperece por la pantalla.
Las buenas nuevas que anuncia no parecen buenas.
La situación parece estar lejos de estar controlada.
Parece ser que la Economía del país se desgaja lentamente,
como una naranja que pareciera quedarse sin jugo,
un jugo rojo que se vertiera por entre las alcantarillas del acaso.
La efigie del Presidente parece papel de plata, estática.
Baja la mirada, pareciera que se callara la verdad de las cosas.