Aún recuerdo tu cabello
que dócilmente caía
sobre tus hombros desnudos
que entre mis dedos deslizabas.
Como tus ojos miraban,
abriendo la puerta de tus párpados
entre una cortina de lágrimas
expresando el oculto dolor.
ese que expresarse no podías.
Como duele no poder entender
el llanto de una mujer sensata
que no quiere estropear el instante
donde refleja su ternura perdida
en un intenso suspirar.
Que de lejos viene, y tan cerca
sintiéndolo en su pecho
que se ensancha y duele
Haciendo caer la montaña
de amorosos deseos
solo con su mirada.