PRESAGIO.
El Alba pregonó un día nuevo,
el celaje el epílogo de la tarde,
la luna presagió la noche…
La estrella encendió el desvelo.
El sereno presagió el frío,
el trueno delató tormenta,
la noche irradió rocío,
sobre el Alba que despierta.
El corazón pregonó amor,
el alma presagio cercanía,
la sonrisa fue prólogo al dolor
y la ilusión epílogo de lejanía.
Toda la vida es un pregón,
sin certezas de profecía,
tantas veces premonición,
que aparentado verdad…
Es burda fantasía.
Y entre presagio y albur,
se desliza el tiempo,
presuroso o macilento,
cual infortunio de Tahúr.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Marzo 8 del 2020.