Balada a la tristeza
No hay claridad en la noche
ni luces que se me enciendan
todo viene solapado
con suavidad en penumbras.
Silban los vientos en alto
no hay niebla que se levante,
pasa la noche rodando
mientras ando vacilante.
Mueven las copas de abetos
como se agitan los chopos
todos nos hacen peinetas
al seguir tantas puñetas.
Soledad de soledades
tristezas entre cristales
cansino con dormítales
en mis noches transparentes.
Busco la luz en la sombra
en mis amargos destierros,
son apacibles los vientos
cuando llevan sentimientos.
Hoy me transcurre la noche
en monótona sequía
y sigo con mis dos ruedas,
la soledad y tristeza.
Por eso entono balada
que sale de mi garganta
rememorando lo antiguo
con cantos de la añoranza
que cantando ya dijeron:
“que su mal es el que espanta.
Simón Abadía