La muerte acude aún que nadie le llame, no les
hagas caso, ni siquiera escuches su silencio:
sería un homenaje que ella no merece.
Me aburre pensar en la muerte, y sospecho que
más aburrido será ser el centro de la fiesta
fúnebre, mintiendo lo mucho que me duele
abandonar este valle de lágrimas.