Aló largo del camino
Se ve una mujer alocada
Deja de lado un destino
Sembrando risas por la quebrada.
Allegándose al río
Con su orilla enlodáda
Pisando rocas de un roquerío
Se va adentrando al agua helada.
María Laura la llamaban todos
Novios hermanas y cuñadas
Levantando sus sucios codos
Sus palabras sucias y embarradas.
La noche esta callada
El silencio se esconde
Entre los árboles frutales
las naranjas entre naranjales
caminan los campesinos
por bonitos sembradíos
entre las siembra los caminos
se ven verdear los pepinillos
con alegría las mujeres
van regando las semillas
llegan despacio las cabrillas
comiendo el pasto de las orillas.
Entre árboles de avellanos
Hermosas palomas revolotean
Se comunican entre ellas
Hermosas palabras verséan.
Se han quedado dormidas
Entre ramas y ramas
Se quedan descuidadas
aparecen los gatos y sigilosos
cual bandido que se asecha
en busca de la presa
que los dejara gustosos.
De una comida en grandeza.
Don diego, se va en busca de su amada,
quizás la encuentre quizás no la encuentre
Su búsqueda es casi desesperada
y se le ve cruzando un largo puente.
Nace una lágrima preocupada
en medio de una palabra insolente
Sus dichas que le fueron negadas
hoy se quedan bajo un fuego ardiente
Don Diego se queda solo y triste
bajo una lluvia torrencial
Un árbol que cae, un gancho lo embiste
Deja de ser Don Diego un hombre tal.