Deja posar mis ojos sobre los tuyos,
si la mirada es extensa, el universo estrecho,
la ciencia es absurda ante la química de nuestro silencio,
parece inerte el espacio que nos rodea;
el horizonte eres tú mi geografía infinita,
hay brillo en el reflejo de mis ojos,
la existencia de mi reflejo que infunde vida es tu amor.
El suspiro denso como la niebla
calla mi voz, congela mis manos,
una sonrisa tuya puede quebrar mis miedos,
erige sueños con los escombros de mis pesadillas,
quítame la sombra rígida y tímida que me acaricia,
refugio son tus brazos, la inspiración de mis pasos.
Átame a tu destino liviano primaveral,
rociado por lágrimas miel, aquellas que nunca creí llorar,
jamás creí que volvieran a sonreír mis labios congelados,
olvidaba que la felicidad se escribe con letras de amor,
ningún sustantivo reemplaza tu nombre,
tan único como el instante en que mis ojos te eligieron.