Nunca las piedras han sentido
Ni el dolor, ni la pasión
Pues no tienen corazón
Ni la sangre, ni el latido
Y aunque, por esculpidas,
A veces parezcan personas
Ellas nunca se emocionan:
Permanecen siempre altivas.
¡Hay que tener cuidado!
Pues se fingen curativas,
Mas también hay de combate.
En su juego, eres soldado
Y ante la primera herida
En vez de cura, ¡Más abaten!