Camino por un sendero
buscando un poco de paz,
gozando del fresco viento
que llegó sin avisar.
Amablemente los árboles
me saludan agitados;
a mi paso inclinan las ramas
obsequiándome sus hojas.
Rojas, cafés y amarillas
las tímidas hojas caen,
llegando despacio al suelo
como si fueran suspiros.
Temblorosas se acomodan
formando así una alfombra
de colores otoñales
dándole vida al paisaje.
Disfrutando van mis ojos
mientras recorro el camino;
se inflama mi corazón
con la belleza del campo.
Anna Gutiérrez.