Sombras y pánico envuelven el globo terráqueo,
vientos de temor llegan de norte a sur,
de oriente a occidente
y batallones de ángeles de primera línea
combaten por las vidas.
La pandemia que ata las cosas
ha cambiado el rumbo de nuestros planes.
Sube y sube el porcentaje
y varios fallecen;
pero aún en lo más oscuro de esta noche mundial
el alma no contagia,
esperanza que resurge entre las tinieblas
derrumbando la apatía, el descarte y el desencuentro,
y entre toda la basura de guerras y proclamas,
diferencias y odios
hay una esperanza
Aún entre nosotros.
El alma no contagia,
aún hay humanidad y esperanza.
Ahora la solidaridad nos avanza
el amor y la esperanza,
abrazemos con el alma.
Y en estas horas que la humanidad
agoniza,
el amor, la esperanza y la fe
toman vida
y es entonces, solo entonces,
que comprendo :
Es la hora del reencuentro.