Aunque uno se cansa de vivir, sigue en este infinito mar flotando.
El miedo lo mantiene expectante; ser valiente es ir a la guerra.
Hay tantas contiendas posibles, pero se está guarecido, distante de los campos de batalla.
Pongamos por caso, que asisto a combatir por la equidad en todos los frentes.
¿A quién me asocio?
Pues solo no se llega a ganar ni la más mínima rencilla en estas lídes.
Supongamos que somos millones los dispuestos a luchar.
¿Tenemos identificado al enemigo?
Tomo las armas y los pertrechos; mas me encuentro únicamente con molinos de viento.
Ya nada puedo hacer, me ha enajenado el espíritu.
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