En una blanca tela
como sábana imperial
pintada como algo normal
una morena encela.
Su cuerpo que ya reposa
semi vestida mostrando
los muslos negros brillando
en una posición fastuosa.
Entre lianas decorosas
sus negros senos rodeando
que la pintora insinuando
con flores color de rosas.
Ella la quería famosa
intrigando por su prestancia
por su exquisita fragancia
del negro imperio hermosa.
El pincel se detuvo
en su pecho muy potente
era su mejor referente
de las gracias que retuvo.
Tonos de negro mezclando
en esos conos erectos
unas aureolas sin defectos
para las miradas tentando.
De la boca blancos dientes
sus labios entre abiertos
con deseos que eran ciertos
de maneras muy convincentes.
La maestra dejó claro
en su bendita gracia
el amor para ella no era raro
usando su gran suspicacia.