Ando vestido de nostalgia, caminando por el vacío, cuna de las angustias, el limbo de los perdidos.
Allí dónde los desdichados beben del agrio elíxir de la melancolía y se revuelcan en la raidas memorias pasadas.
Me encuentro oscilando entre el bien y el mal. Rememorando lo muerto y lo vivido, pregonando con euforia la desilución de los amantes caídos en las efímeras promesas de amores eternos, donde las dolencias se precipitan cuando los desgarrados corazones hacen eco de su infortunio.
Vivo presente en el perpetuo dilema que cobija las penas que hacen arder las cicatrices de las ilusiones quebrantadas, por que soy el verdugo de los hastíos, un guardián de recuerdos, no soy más que el hijo del olvido...
Soy el heredero del tiempo.
\"Recuerdos Olvidados\"
II/III/XX