Mujer maravillosa que posees
la magia que embelesa mis sentidos,
despiertas los sensuales desenfrenos
guardados en el alma con sigilo.
Tus labios seductores son los únicos
culpables de mis locos desatinos,
causantes de momentos muy alegres,
quimeras convertidas en delirios.
El rojo de tus labios es manzana,
sabrosa cultivada en pleno estío,
dulzura que provoca los deseos
ardientes, caprichosos y adictivos.
Tus ojos son chispazos de obsidiana,
son briznas provenientes del Olimpo,
luceros con un brillo cautivante,
¡Mirarlos es hallar el Paraíso!
Tus manos van formando los meandros
con curvas que desatan los gemidos,
sentir que sin premura me provoca
un magno desenlace entre suspiros.
Sentirte temblorosa de emoción
provoca sentimientos infinitos,
palpables en amantes verdaderos
que viven disfrutando su camino.
Es bello compartir tiernos momentos,
obviando con prudencia todo ruido,
luchamos con arrojo por nosotros,
vivimos este amor con regocijo.
Mujer ante tu ser estoy postrado,
anidas en el pecho amor genuino,
un hondo sentimiento que alimenta
con fuerza el despertar de nuestro idilio.