Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada
Hagamos un poema
con tu voz taciturna
y tu piel reinará
como el día y la piel
de la noche.
Tu sonrisa,
es mi poesía alegre,
tus ojos,
son mis versos
callados.
La noche triste
es la evasión de
la tarde callada
y la sonrisa de
la primavera.
La rama roja del
viejo continente
anuncia la tristeza
venidera y la alegre
brisa del amoroso joven
del sueño de la mujer
dormida por amar.
Hagamos poesía
donde no exista
gente que nos
acompañe.
Hagamos versos
a la presencia de
la luna sonriendo
al compás del
amor, las estrellas enamoradas.