Sin palabras…
Me alimento de la miel de tus labios,
navego sin rumbo
anegándome en lo profundo de tus ojos;
rendida en tus brazos
me refugio de la oscuridad del mundo,
y aunque los nubarrones
quieran opacar mi camino,
es tu luz rescatándome de la pesadumbre.
En silencio…
Hablando con los ojos y pensamiento,
me desboco
emocionada, encapsulándote en mi sentir;
confortas mi alma
con la suavidad con que suspiras al mirarme,
es tu amor sanando mis heridas;
me haces fuerte y nada temo si conmigo estás,
refrescas mis pasos como viento de verano.