Mi alma está en calma.
Mi alma goza de paz. Mi alma conserva
siempre el sentir de siempre.
Hoy la vida de una forma distinta la siento.
Pienso en lo positivo de mi existencia,
mi alma no está apenada.
Está emocionada de sentires,
de felicidad, de agradecimientos...
Mi alma canta, hoy, porque
no está sellada con el fuego del dolor,
sino de la comprensión y el amor.
Existe la comprensión de un ser,
y existe el amor de otro ser,
dos personajes en mi vida,
que me hacen sostener los ojos
en alto, agradeciéndole al Señor,
existan en mi vida.
Dos seres, dos vidas.
Uno, el de la amistad.
La otra, la del amor.
La amistad de un amigo,
que me ha hecho llorar,
apagando las tristezas de mi alma
y la soledad.
Esa soledad que siente
ante el amigo ausente,
representando en tu ser,
a todas las ausencias
no presentes. Tú has reconfortado
mi alma, sabiendo de la amistad
compartida y sentida,
la que todos debiéramos
tener en la vida,
aunque a veces es tan difícil...
La otra, la del amor.
Saberse amado ilumina el alma,
y tú, mujer, iluminas mi vida
con tu sola presencia...
Tu presencia en mi alma,
que tanto ha llorado
por tu ausencia..
Eso, ya es pasado...
Ahora tengo que vivir el presente.
Éste, iluminado por la cercanía
de tu alma a la mía.
Abrazo tu ser, beso tu imagen,
no me abandones nunca.
Sabiendo de tu amistad,
continuaré en la vida
confiando en los seres.
Teniendo, amigo, tu amistad,
unida a otras/os , seguiré
siendo feliz. Amistad, no me abandones.
Y tú, amor, tampoco.
Amistades queridas lejanas,
pero guardo en mi corazón.
Esas amistades me están demostrando
en vida, la fortaleza que le dan a mi existencia.
Y tú, amor de mi vida,
continúa presente en mí...
¿Te estás dando cuenta lo mucho
que te amo?
Me estoy dando cuenta
de la cercanía de tu ser.
Las lágrimas continúan
por las desgracias de los demás seres,
por los abandonados, por los discriminados,
por los sin techo, por los desamparados
de este mundo ciego y cruel, a veces.
Dales fuerzas Señor de las alturas.
Dales el pan que necesitan.
No más odios, no más guerras,
no más sufrimientos humanos, Señor...
Te lo pido en nombre de ellos
y en el mío propio...
¡Basta de injusticias!
Recemos juntos, mundo,
recemos por la paz y el bienestar.
¡Fuera las miserias!
¡Fuera hombres que matáis a los hombres...!
Ved a los hombres como a
tus propios hermanos...
aunque a veces, hoy, un hermano
mata a su propio hermano...
Padres que violan a sus propios hijos,
hijos que matan a sus propios padres...
Señor, ten piedad de nosotros...
Haz que el mundo cambiemos,
haz que el hombre cambie sus maldades
por los buenos sentimientos...
Aunque hoy sea yo feliz
por los que me quieren
y por la que me ama,
no dejo de pensar en ustedes,
hombres y mujeres del mundo
que agonizan en vida...
Señor,
que todas las almas
de los seres del mundo,
logremos la paz y la felicidad...
Tú haces lo que puedes,
nosotros tenemos que poner
de nuestra parte,
la felicidad de los demás,
y la nuestra propia...
permanece junto a nosotros Señor...
Abrázanos y únenos..
Dejémonos abrazar
por los brazos del Señor,
no huyamos de ellos...
Todos los derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 23/06/2013)