Guayaquil de mis amores de mis sueños de mis pasiones
Guayaqui, casa para todos y rincón de mis dolores.
Que bello es ver tu malecón sobre la ría
y que doliente es ver las calles del barrio de “las Malvinas”,
que hermoso es ver el malecón del salado
con su parque lineal lleno de tantas maravillas.
Y que terrible es ver las casas de caña sobre el manglar.
Con sus largos palos clavados en el lodo
Simulando ser raices que quieren aferrarse
Para no desvanecer la esperanza de sus dueños,
y que en la primera marejada se desequilibra
y Corre el riesgo de convertirse en nada.
Almacenes lujosos, malls, con aires de primer mundo
y en las calles gente luchando por el diario sustento.
perseguidos cual ladrones por los perros
metropolitanos.
En las noches nocturnas, la indigencia descansando en las veredas,
niños con manos extendidas, llorando,
con o sin vergüenza mendigando.
¡Ay guayaquil !, como me dueles cuando me reconozco
que nada o casi nada he hecho por cambiar esta historia,
y debiéndote tanto Guayaquil de mis amores
que de tanta vergüenza te conviertes
en guayaquil de mis dolores.