Perdí el beso
que irriga mi corazón,
sin apenas darme cuenta
cómo ni cuándo sucedió.
Perdí los abrazos
que cobijan mi alma,
hoy, con solo insinuarlos
me llaman sicario.
Hemos perdido mucho
porque un desconocido
intruso invisible
nos obliga a estar separados.
¿Has visto las calles
otrora hormigueros que ahogaban?
recobraron el espacio para el aire
aquel aire que no contaminaba
Y las aguas vuelven a ser diáfanas
¡y vaya ironía!
aprendemos a estar en familia
porque nos dijeron ¡quédate en casa!
Como nunca
todo queda pendiente
hasta el guiño más simple
hasta la mirada que antes te robaba.
Hasta la vida que antes se olvidaba
hasta el saludo que antes se negaba
ahora, mira por dónde,
no tienen fecha agendada.
Quiero vivir
y tú me puedes matar,
quiero que vivas
y tu asesino puede estar en mi
pero si ambos queremos vivir
y que vivan todos los demás
quédate en casa, amigo,
y no te perderé, ni tú me perderás.