Me habló de una ciudad Con tres religiones Me preguntaba cual tendría la verdad Si no serían tres confusiones Los no creyentes disfrutaban Siempre de tres fiestas Todos los alimentos desgustaban Y disfrutaban de las siestas Esa ciudad refugio de intelectuales De gente que pensaba por su cuenta De todas las orientaciones sexuales Rechazaba todo tipo de venta Allí compré libros de contrabando Porque aquí estaban prohibidos Había contra la libertad un horrible bando Y en esa ciudad estaban los perseguidos