Estamos confinados en casa
resguardados de un enemigo invisible
por obligación,
y sólo así en pocos días
sentimos el milagro al ralentizar.
Sin nuestra presión al planeta
la atmósfera se recupera
el aire se respira más limpio
baja la contaminación.
Las aguas se aclaran
se asoman los peces ante nuestro asombro
los mares y océanos
no reciben toneladas de plástico,
las aves se serenan sin ruido
las volvemos a escuchar.
Esa demencia global
de crecer sin límite llega a su fin
ha llegado el momento
de crecer,
CRECER EN CONCIENCIA.
22-3-2020