Guardián De Ángeles

Aquello que es sublime en la satisfacción

Esclavo de mis indecisiones,
resulto a veces, sin premeditación,
cuando mi alma sin piedad
me sumerge en mis calores...

¿Por qué parece que existo,
cuando en realidad soy nada?

¿Por qué mi turbación no está desvanecida?

Se materializa y yo soy nada...

¿Por qué mi miedo, insisto,
toma forma imprevistamente?

¿Por qué si soy nada?

¿Por qué a morir me opongo...
por qué si soy nada?

He tenido que viajar en retroceso
para hallarte, mujer, en los vestigios,
discretamente tú, acompañándome a la deriva
y yo pactando conciliación en los altercados
que en mi pensamiento brotaron,
no sé cómo las cosas sucedieron,
me otorgas lo grato del placer, al percibirte
y al tener insospechadamente tu compañía,
sumiéndome en aquello que es sublime  en la satisfacción,
a razón de que no dudo ya en admirarte.

Elegido fue el caballero, digno de regodeo,
cuya laya es angelical o demoníaca, de ti se hace meritorio
y de las llamas que se truecan tan incontrolables, es extintor...
él jamás se negaría a tu convite.

Excelsa es la religión del amor,
sublime en su preciosidad
que alimenta una creencia,
evangélica se yergue la ternura
que satura de generosidad
a la devoción y al asombro.